Tú que presumías de todo, que no te faltaba de nada, que
todo lo tenías. Eras feliz a tu manera, tachándote de una personalidad que no
quieres reconocer, ¿ahora te arrepientes? Ya es demasiado tarde.
Creaste un mundo
maravilloso de color de rosa, del cual te creías la reina, y ahora no quieres
ser nada, Hiciste sonreír a los más desgraciados y ahora dices que no te
importa nadie. Hiciste de todos un personaje para tu cuento y ahora quieres
dejarlo sin preguntar a ninguno si quieren o no seguir viviendo así. Te
calificas de egoísta para que el resto te diga que no lo eres, pero sí, ¡sí lo
eres! Es muy egoísta por tu parte abandonar todo lo que has construido, es
cruel hacerlo de la forma en la que lo estás haciendo. Si pararas el tiempo y
miraras atrás, no habrías dejado que
esto ocurriera. Sin embargo, mírate ahora; estás abandonando no solo tú cuento,
sino el de muchos más. Si no querías nada, ¿para qué te involucraste?¿Para qué
te colaste en cada uno de esos recuerdos si ahora quieres borrarlos?
Para siempre decías…¿Cómo no me di cuenta de que nos
mentías?
Si no eras feliz no costaba nada decirlo, eso es mejor que
cualquier otra cosa
.
Ahora me siento e intento encontrar tus ojos con la ilusión
de siempre y no veo nada… Aquellos ojos que creaban sonrisas, ahora solo son
capaces de crear lágrimas.
Comienzo mi rincón con uno de mis pocos textos con rabia y con ira. Aunque ya tiene varios años, me apetecía compartirlo con vosotros. Espero que os llene tanto como me llena a mí cada vez que lo leo.
Andrea
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